Recientemente el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía (ICPFA para los amigos y para los vagos) ha difundido su última campaña audiovisual en favor de la lucha contra el intrusismo en Fisioterapia. La campaña, con el lema ‘no te la jueges‘, trata de reducir al absurdo el hecho de acudir antes a un curandero o un charlatán que a un profesional capacitado técnica y legalmente para tratar de forma óptima la dolencia correspondiente.
La campaña va en la línea del mensaje que se suele enviar en estos casos de intrusismo en Fisioterapia: poner la salud en manos de un profesional cualificado, aunque sea una lesión que pensamos que es leve, y evitar acudir a profesionales con titulaciones que no cumplan con la legislación vigente, por no estar reconocidas en España como profesiones sanitarias, por tratarse de métodos y técnicas que no hayan demostrado su eficacia, o bien por ser maniobras aparentemente sencillas pero aplicadas por personas sin titulación en condiciones insalubres (si, me refiero por enésima vez a los masajes en las playas).
Masaje: el eterno dilema.
Estoy a favor de este tipo de campañas, pero creo que el mensaje puede ser más claro, mejor enfocado, más contundente. El vídeo (arriba) me gusta, pero me habría gustado más que al final se viera más del trabajo que puede hacer un fisioterapeuta, pero recurrimos, una vez más al masaje.
Fachadas de clínicas, folletos, páginas web… Al final los centros de Fisioterapia terminan recurriendo al masaje para anunciarse. Lo veo bien, hasta cierto punto (mejor eso que las tiras de colores). A ver, estamos continuamente reivindicando esta terapia manual como nuestra, pero luego no nos gusta que cuando nos presentan a alguien y le digamos nuestra profesión, se señale el cuello y nos diga «ja ja, a ver si me das un masajito…» O cuando los fisios en la ficción (cine y TV) aparecen de forma estereotipada únicamente como masajistas sobones.
Contra el intrusismo, nuestras mejores armas.
Razonamiento clínico, diagnóstico fisioterápico usando un ecógrafo, tratamientos eficaces con técnicas novedosas como la EPI (no es el amigo de Blas…), punción seca de puntos gatillo para aliviar molestias que el masaje no acierta a combatir, movilización neurodinámica para apaciguar esos dolores que ya se daban por permanentes, fisioterapia respiratoria, en la parálisis cerebral, como forma de mejorar la calidad de vida de las personas mayores, en quemados, amputados…
Desde mi punto de vista, mostrar a la sociedad todo esto que hacemos, es lo que realmente nos puede diferenciar y dar valor. Exponer cómo podemos mejorar a un paciente en pocas sesiones aplicando téncnicas precisas, fiables, evidenciadas e indicando ejercicios para que haga en casa para que mejore su situación y no necesite ser ‘fisiodependiente’ puede generar una idea más acertada de por qué queremos luchar contra el intrusismo, ya sea de pseudoprofesionales o de los mismos fisioterapeutas que nos ponemos zancadillas unos a otros.
Nos tachan de corporativistas. Cuando decimos: «no te des un masaje en la playa», muchos entienden «…que es más barato y eso es muy malo para mi negocio». Cuando decimos «no vayas al quironaturosteópata craneosacrofaciopuntural» otros entienden «que ese te cobra muy caro, y eso puedo hacerlo yo».
Creo que debemos trabajar por que todos, ya sean ciudadanos, pacientes actuales o en potencia y los profesionales de otras disciplinas médicas sepan qué hacemos, por qué, con qué evidencia y en qué tipo de situaciones podemos ser de utilidad. Más de uno se llevará una sorpresa positiva, y esa es la mejor publicidad contra el intrusismo.
P.S. Y para luchar contra el intrusismo, no nos hagamos intrusos. Así que fuera técnicas empleadas sólo por moda pero que carecen de estudios que las avalen. Fuera pseudotécnicas que no son mejores que el placebo. Y más Fisioterapia. Pura y dura.
Miguel, gran comentario.
Te animo a crear foro para todos los públicos que informe y aclare y denuncie las prácticas de fisioterapia por los que no son fisioterapeutas.
Gracias.