No voy a descubrir nada nuevo si digo que las nuevas tecnologías (Internet principalmente) han revolucionado la forma de aprender. Cuando hace pocos años solo contábamos con pizarras y transparencias, ahora es habitual el uso de vídeos con presentaciones, esquemas y diagramas hechos por ordenador, animaciones para observar fenómenos que antes solo podíamos imaginar… Las cosas cambian y, a veces, por suerte, es para mejor.
Las nuevas tecnologías como ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes, tablets… están en las manos y bolsillos de todos, permitiendo conectividad contínua a todo tipo de fuentes de información, con la ventaja de que muchas de ellas son gratuitas. El conocimiento crece cuando se comparte, y las redes sociales, blogs y entornos similares se han convertido en lugares donde comunicarse, intercambiar conocimientos y aprender unos de otros, con la ventaja de que cada vez la información es de mejor calidad, aportada de primera mano por los profesionales, sin filtros, sin maquillajes, sin florituras.
En la Universidad y formaciones regladas también se nota este cambio, dándose cada vez más valor a los contenidos generados en este tipo de medios. Cuando antes se criticaba a un alumno por citar una enciclopedia online o página web como fuente de información, ahora se habla en los informativos sobre lo que se ha dicho en las redes sociales, y se obtienen vídeos o información de los mismos canales donde los usuarios de «a pie» los crean y comparten.
La comunicación a través de la tecnología no solo se queda para los grandes profesionales, los estudiosos, los tecnólogos o los que cursen un grado publicidad y estén al día de las novedades en redes sociales y nuevas fuentes de comunicación e información, sino que son los grandes medios los que se han metido en los canales utilizados por los usuarios.
Sin duda son momentos donde, a pesar de la tesitura económica mundial en que nos encontramos, es más fácil compartir y aprender, gracias al uso de unos medios que hace solo 10 años nos parecerían casi ciencia ficción. Recortemos en lo que haya que recortar para salir de esta, pero no demos pasos atrás ahora que, por fin, el conocimiento está al alcance de casi todas las manos.
Imagen por Mat MacGee con licencia creative commons
Deja una respuesta