En estos últimos meses en el trabajo he vuelto a tener bastantes casos de ACV y he repetido muchas veces las mismas explicaciones tanto a familiares como a los propios pacientes, puesto que en ocasiones tienen algunas ideas equivocadas acerca del proceso y su recuperación. Hay muchas cosas que tienen muy claras y otras, no tanto. Me ha parecido interesante hacer un artículo donde comentar esta enfermedad a grandes rasgos y dar algunas pinceladas a nivel de la recuperación desde el punto de vista de la fisioterapia. Si algún lector necesita información más amplia o concreta, no tiene más que preguntar en los comentarios.
Hay muchas denominaciones para esta enfermedad: ictus cerebral, apoplejía -del griego /apoplēxia/: suceso repentino con pérdida de la conciencia – golpe o ictus apopléjico o ataque cerebral, aunque el nombre de accidente cerebrovascular y, sobre todo, sus siglas ACV son la denominación más empleada.
Es una enfermedad cerebrovascular en la que ocurre una brusca interrupción del flujo sanguíneo a alguna región del cerebro, lo cual origina una sintomatología y secuelas que variarán dependiendo de la región cerebral afectada y otros factores.
El ACV puede sobrevenir por un proceso crónico o agudo, y puede ser, según su etiología (es decir, la forma en que se haya producido) isquémico o hemorrágico.
ACV isquémico:
También llamado infarto cerebral, se debe a una oclusión en alguna de las arterias encargadas del aporte sanguíneo del cerebro. Esta oclusión será solventada por una redistribución del flujo sanguíneo a través de otros vasos sanguíneos, pero la ausencia transitoria de irrigación a una región del cerebro producirá daños y secuelas.
ACV hemorrágico:
También denominado hemorragia cerebral o apoplejía. Se rompe un vaso sanguíneo cerebral, debido frecuentemente a algún defecto congénito o a un pico hipertensivo. En general, los ACV hemorrágicos tienen mejor pronóstico de cara a la recuperación funcional.
Sintomatología.
Variará dependiendo del área o áreas del cerebro afectadas y la gravedad de la lesión. Los síntomas más habituales son:
- Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara.
- Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible.
- Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
- Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
- Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
El ACV afecta a una región localizada del cerebro, lo cual genera la sintomatología, habitualmente, en el lado contrario al lesionado. La secuela más frecuente es parálisis del brazo y pierna del lado contrario a la región en que se haya producido el ACV (hemiplejía). Hay incapacidad para el movimiento activo de esas extremidades, además de falta de control de tronco (dificultad para mantenerse derecho incluso estando sentado). También puede haber alteraciones o pérdida de sensibilidad, parálisis en la cara (suele afectar a la mitad de la cara del mismo lado donde se produce la hemiplejía). También me he encontrado con bastante frecuencia la dificultad para expresarse y para comprender lo que se le dice.
Factores de riesgo.
- Hipertensión arterial.
- Diabetes mellitus.
- Enfermedad cardíaca.
- Enfermedad cerebrovascular previa.
- Obesidad.
- Hiperagregabilidad plaquetaria.
- Alcoholismo.
- Tabaquismo.
- Hiperlipemia.
- Hiperuricemia.
- Factores genéticos o familiares.
Prevención.
La lista de factores de riesgo es larga. Algunos de ellos no son modificables (factores genéticos y familiares…), pero casi todos los demás no sólo aumentan la posibilidad de sufrir un ACV, sino que son factores de riesgo que se relacionan con un estilo de vida poco saludable, lo cual predispone a muchos otros padecimientos.
Hacer vida sana, un poco de ejercicio, cuidar la alimentación, evitar drogas como el alcohol y el tabaco… todo esto ayuda a prevenir ACV y muchas más patologías.
Tratamiento del ACV desde la fisioterapia.
El ACV es una patología que requiere un trabajo interdisciplinar muy coordinado: médicos de diversas especialidades, personal de enfermería, psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales… deberían participar tantos profesionales como sean necesarios, puesto que, dependiendo de la severidad de la afectación y de las regiones dañadas, una recuperación exitosa va a necesitar que se actúe sobre todas las funciones que se hayan visto afectadas.
Desde la fisioterapia el objetivo es favorecer la recuperación funcional del individuo. Si bien en muchos casos la recuperación a un estado como el anterior a la lesión no va a ser posible, sí que es posible readaptar las capacidades para mejorar la autonomía e independencia de estas personas. Es un tratamiento largo y sacrificado, que requiere mucha dedicación tanto de los profesionales como del paciente y sus familiares. Como en todo proceso crónico, la colaboración y participación va a ser fundamental para el buen pronóstico.
Desde mi punto de vista es de lo más importante tener bien claros los objetivos que queremos conseguir. Dedico mucho tiempo a hablar con los pacientes y sus familiares, tanto de forma conjunta como por separado, para tratar de valorar su punto de vista sobre la situación, sus preocupaciones, sus metas… Trato de ser realista, sin por ello desanimar o quitar la esperanza de una recuperación a un estado similar al anterior a la enfermedad.
Muchas personas piensan en volver a andar, cuando todavía no son capaces de mover el brazo o la pierna. Esto genera frustración, pasividad, falta de motivación… Intento explicar la importancia de una colaboración activa e intensa, puesto que los beneficios pueden tardar tiempo (meses) en presentarse. La constancia y la participación activa van a ser los pilares básicos en los que se apoyará todo el tratamiento fisioterápico. Por muy bien que trabaje el paciente con nosotros durante las sesiones de fisioterapia, necesitamos implicarlo para que continúe con su propio tratamiento el resto del día, enseñandole ejercicios adaptados a sus capacidades y animándole a que los realice. En esto también influyen en gran medida los familiares y amigos, a los que podremos -mejor dicho, debemos– aconsejar adecuadamente sobre la mejor forma de colaborar con la recuperación.
Hay que tener en cuenta que lo que buscamos desde la fisioterapia es la recuperación funcional, es decir, recuperar las capacidades que se han perdido debido a la lesión. Esto significa que el objetivo nunca puede ser «que todo esté como antes» puesto que, en muchos casos, las secuelas van a obligar a modificar la forma de caminar, moverse, levantarse, sentarse, peinarse, comer… Hay que trabajar sobre las potencialidades que tenga el individuo, tratar de recuperar sus capacidades y que se parezcan lo máximo posible al movimiento normal, pero es necesario adaptar y enseñar nuevas estrategias para ganar autonomía incluso pese a que todavía tenga déficits. El primer objetivo es uno muy importante: mantenerse. Evitar que aparezcan rigideces, acortamientos, limitaciones de movilidad, más pérdidas de capacidades… es todo un logro, y tenemos que valorarlo como tal. Hay que saber apreciarlo, pero tampoco hay que conformarse con no empeorar. El siguiente objetivo será establecer metas concretas e irlas trabajando poco a poco (ganar control de tronco sentado, mejorar tono muscular, iniciar control activo del lado hemipléjico…).
En definitiva, es importante tener muy claros los objetivos, ser consciente de las limitaciones pero también de las capacidades, y estar dispuesto a aprender, esforzarse, equivocarse mucho y tener fortaleza y paciencia para corregir los fallos y continuar con el trabajo día tras día, hasta que vaya dando sus frutos.
Para cualquier información o consulta adicional, podéis usar los comentarios.
Enlaces
Accidente cerebrovascular en wikipedia.
Accidente cerebrovascular en Texas Hearth Institute.
Manual de afecciones médicas en fisioterapia. Juan Salvador Espinosa Caliani y Carlos Sánchez-Lafuente Gémar (coords). Servicio de publicaciones Universidad de Málaga.
Accidente cerebrovascular en medline plus.
Imagen por Hljod.Huskona con la siguiente licencia Creative Commons.
Gracias por una información tan clara Dr. Mi marido pasó un accidente cerebrovascular isquémico y le costo muchisimo volver a andar. Ahora lo hace con ayuda de un bastón pero sin rehabilitación estaría seguramente en una cama.
Es importante tener claro que no hay milagros y que todo llega pero poco a poco.
Saludos.