Por todos es sabido que caminar o hacer cualquier tipo de actividad física es saludable para nuestro sistema cardiovascular. El corazón y los pulmones se benefician de una actividad física moderada. Sin embargo, más que decir que es saludable, lo correcto sería afirmar que es que es necesario, puesto que el sistema vascular necesita de la acción muscular para que avance la circulación sanguínea .
En la circulación arterial, el potente latido del corazón bombrea la sangre para que vaya fluyendo hasta los tejidos a los que tiene que llegar. Sin embargo, una vez que se inicia la circulación de retorno por las venas, el latido del corazón llega muy atenuado, y no es estímulo suficiente para que la sangre arterial circule de vuelta hacia el corazón. Para bombear la sangre arterial existe otro ‘corazón’, integrado por la musculatura de las piernas la cual, al contraerse cuando nos movemos, presiona las paredes venosas y ejerce fuerza suficiente como para provocar el avance de la sangre venosa hacia la parte superior del cuerpo.
Esta acción muscular como factor fundamental del bombeo de la sangre venosa hacia el corazón recibe varios nombres: bomba sural, segundo corazón, corazón venoso periférico… Referirse a ella como otro corazón no es ninguna exageración, puesto que es la musculatura de las piernas (principalmente, los gemelos) los que provocan en gran medida el movimiento de la sangre venosa desde las piernas hacia el corazón.
El problema que tiene este corazón venoso periférico es que es voluntario, es decir, que lo tenemos que poner a funcionar nosotros.
En una persona que realice una actividad cotidiana habitual (pasear, hacer tareas en casa, trabajar…), el movimiento de las piernas al andar será estímulo suficiente para garantizar una buena circulación de retorno. Sin embargo, en una persona con poca movilidad -ya sea por una enfermedad crónica o una lesión aguda-, es necesario hacer de forma específica gran cantidad de ejercicios que activen esta musculatura. De lo contrario, la circulación venosa se verá comprometida, y se aumenta el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el mal retorno venoso, como puede ser la trombosis. El ‘síndrome de la clase turista‘, del cual se hahablado en algunas ocasiones los medios de comunicación, consiste precisamente en esto: recibió ese nombre debido a que los asientos de clase turista en los aviones que realizaban largos vuelos intercontinentales tenían muy poco espacio, lo cual hacía que las personas estuvieran muchas horas sin mover las piernas. Esto provoca una mala circulación venosa, al no estar actuando la musculatura de las piernas. Esto puede ocasionar -en algunos casos donde existan además otros factores de riesgo- trombosis y otros problemas.
La solución es bien sencilla y al alcance de todos: poner a funcionar esa bomba muscular: Realizar ejercicios de tobillo sencillos y muy útiles. Estando sentados, hacemos flexiones y extensiones de tobillo, es decir, un movimiento ‘como el que se hace en las máquinas de coser antiguas’. Es mejor hacerlo estando sentados o tumbados con las piernas algo dobladas, porque así el movimiento de los tobillos será más amplio que si lo hacemos con las piernas estiradas. También podemos hacerlo estando de pie: ponernos de puntillas y mantener unos segundos, y luego volver lentamente a la posición inicial. Esto genera una fuerte contracción en los gemelos, que es lo que buscamos para provocar el bombeo sanguíneo hacia el corazón.
He encontrado algunos videos donde se ven estos ejercicios para el tobillo:
Fuentes: wikipedia, durand.org, medlineplus, los enlaces de youtube y otros.
Gracias, muy útil y claro.
Hola tengo desgarrados los menoscos pero no rotos
Del todo solo un poco que debo hacer para recuperarme
Y volver a mi vida normal gracias
SE TRATA DE UNA PÁGINA BRILLANTE SOBRE SALUD Y FISIOTERAPIA, POR LO QUE AGRADEZCO A SU AUTOR Y RECOMIENDO SU CONSULTA FRECUENTE.