La homeopatía siempre está envuelta en la controversia entre sus defensores, que afirman que es inocua y beneficiosa, y sus detractores, que afirman que es un negocio muy lucrativo que se basa en el placebo y el engaño para ofrecer productos que no solucionan nada y que carecen de estudios potentes que avalen sus atribuidas cualidades.
A pesar de que la industria de la homeopatía mueve millones, tanto por sus ventas como las multas que paga para frenar demandas y evitar la retirada de sus productos, todavía hay muchos usuarios de estas técnicas que tienen poca, o ninguna, evidencia sólida que las avale. Y no lo digo yo, lo dice en este caso el Gobierno de Australia, uno de los países que destaca por buscar bases sólidas para las actividades sanitarias que allí se realizan.
Con fecha de octubre de 2013, el consejo de investigación biomédica elaboró para el Gobierno australiano un informe de acceso libre (en inglés, formato PDF) en el que llevó a cabo la evaluación de la evidencia existente sobre el uso de la homeopatía para tratar diversas condiciones, revisando 225 estudios científicos sobre tratamiento de enfermedades como resfriado, diarrea, malaria, artrosis, espondilosis, fibromialgia, demencia, depresión y un largo etcétera.
Por supuesto, ha habido reacciones desde el mundo de la homeopatía, defendiendo sus métodos, y mencionando diversas críticas al informe, como el no haber incluido ciertos estudios o haber llegado a unas conclusiones que ellos no consideran correctas, como podemos leer en esta nota, en inglés, del Homeopathy Research Institute.
En cualquier caso, parece que faltan pruebas sólidas para usar estos tratamientos homeopáticos, y no deberían utilizarse nunca para sustituir tratamientos que han demostrado su eficacia.
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Imagen por Peter Hermes Furian en Shutterstock, no reutilizar
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