En mi experiencia profesional y en mi vida personal me he encontrado en multitud de ocasiones con que las personas vamos dejando las cosas de lado y las retrasamos hasta que no tenemos más remedio que hacerlas. «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» dice el refrán, aunque muchas veces no lo aplicamos: prisas, muchas tareas pendientes, no darle importancia al asunto, tener cosas más agradables que hacer… Si queremos siempre podemos encontrar una excusa para dejar algo a medias y continuarlo mañana, pasado, la semana que viene o nunca. Esta situación es un serio problema cuando el asunto que damos de lado afecta a nuestra salud.
Mañana empiezo a hacer ejercicio, el lunes empiezo a comer más sano, la semana que viene dejo el tabaco, el mes que viene empezaré a salir a correr… Muchos propósitos que se hacen pero que nunca llegan. Esto ya es problemático cuando retrasamos la realización de conductas saludable, pero es todavía más dramático si lo que se hace es retrasar el diagnóstico o el tratamiento de un problema de salud por irlo dejando para más tarde.
No es raro (por desgracia) el caso de alguien que se lesiona, o tiene un dolor o limitación que no mejora, pero le va quitando importancia, hasta que ya la situación es tan insostenible que tiene que acudir al médico. Recuerdo el caso concreto de un hombre con rotura del tendón del bíceps, que retrasó tanto la visita al médico y el inicio del tratamiento fisioterápico, que el músculo había cicatrizado de forma incorrecta y era ya inviable la operación para una correcta reconstrucción.
Así que mi consejo es mantener una actitud de prevención siempre: Corregir los hábitos nocivos, irlos sustituyendo por otros más saludables desde ya, sin esperar a mañana o al mes que viene, ya que hay que buscar tiempo y esforzarse por mantenerse sano. Y, además, acudir a consultar a los profesionales sanitarios ante la duda, cuando tengamos un dolor, una molestia, o una limitación fuera de lo normal y que no mejore con el tiempo. En estos caso, esperar mucho puede ser contraproducente, mientras que un diagnóstico y tratamiento precoces puede que consigan la recuperación de una forma relativamente sencilla.
En salud no es mejor tarde que nunca: hay que ser responsables de nuestra propia salud, y tomar un papel activo en su vigilancia.
Imagen por Lulemon athletica con licencia creative commons
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