Desde que lo conocí, siempre me ha llamado la atención el conocido como Efecto espectador (bystander effect), que podríamos resumir de la siguiente manera:
Es más probable que un sujeto intervenga tratando de solucionar una situación de emergencia si se encuentra solo que si está acompañado de más individuos. A mayor número de espectadores de la situación de emergecia, mayores probabilidades de que ninguno de ellos intervenga.
Incluso, tristemente, hay situaciones en las que todos los testigos de la emergencia se convierten en meros espectadores, sin que nadie realice ningún comportamiento activo para hacer frente a la emergencia.
Este artículo no tiene relación directa con la Fisioterapia, pero bueno, esta es una web donde también quiero comentar otros temas interesantes, aunque pertenezcan a otras disciplinas. Me interesan también las cuestiones relacionadas con la Psicología. Especialmente me resulta muy atractiva la Psicología Social, que es ese ámbito que se dedica al estudio de los procesos psicológicos que ocurren a nivel de relaciones sociales entre personas o grupos, en distintos ambientes.
El caso paradigmático que dio lugar al interés por el que se denominó como ‘efecto espectador’ fue el de Kitty Genovese. Cuando estaba a punto de entrar en casa, esta mujer fue asaltada por un agresor, que la apuñaló. Algún vecino increpó al maleante. Esto lo hizo huir, pero simplemente para volver unos 10 minutos más tarde y continuar con la agresión, que duró -se comenta- más de media hora. Varios testigos observaron o escucharon desde sus casas partes de la prolongada agresión. Al llegar la policía, se encontró con numerosos testigos que pudieron describir con precisión el ataque (aunque ninguno lo presenció de forma completa, había gran cantidad de personas que habían oído o visto partes del asalto). Sin embargo, las llamadas a la policía se iniciaron bastante tiempo después de que los vecinos se percataran del incidente, y ninguno de los numerosos testigos hizo nada realmente disuasorio para ayudar a esa mujer, que terminó falleciendo debido a las heridas ocasionadas por su asaltante.
A partir de este caso se inició el interés por los estudios acerca de las situaciones de emergencia y el comportamiento de las personas. Se realizaron distintos experimentos en los que se pudo replicar el efecto.
La explicación principal de la ocurrencia de este efecto es por dos razones: La ambigüedad de la situación de emergencia y la difusión de la responsabilidad entre los testigos.
Esto es que, al haber muchos testigos de una situación de emergencia, se generan dudas a la hora de actuar, vergüeza por pensar que no va a ser capaz de ayudar adecuadamente, pensamiento de que alguien ya habrá ayudado o solicitado auxilio a las autoridades… Se corre el riesgo de que todos los sujetos piensen que alguien más preparado ayudará; que, de tantos sujetos presentes, alguno habrá avisado a la policía o ambulancia… y es posible que ninguno de los testigos actúe, o que lo hagan cuando ya sea tarde. Esto es menos probable que ocurra si hay pocos testigos de la emergencia, puesto que son conscientes de que si ellos no ayudan, nadie está allí para hacerlo.
A partir de estos estudios tambié se describió que las mujeres son más sensibles al efecto del espectador; es decir, que sufren más dificultades para iniciar la ayuda en situación de emergencia. Por contrapartida, las mujeres suelen ayudar más de forma habitual a las personas que dependen de ellas (hijos, personas mayores, familiares enfermos…).
Para evitar que se produzca el ‘efecto espectador’.
Como se ha dicho antes, a mayor número de espectadores, menor posibilidad de que alguno ayude. Para evitar esto se aconseja acercarse a una persona concreta y solicitar su ayuda de forma expresa (esto evitará los efectos negativos comentados antes: ambigüedad de la situación de emergencia, dudas, esperar que otra persona ayude…). Esto además puede servir no sólo para que esa persona sea consciente de que se necesita su ayuda, sino también de que los demás testigos reaccionen y colaboren de una manera activa.
También es más fácil ofrecer ayuda si observamos a alguien que ya está ayudando (los modelos positivos se imitan con rapidez), si no vamos con prisa (las prisas reducen la probabilidad de que ayudemos), y según las características de la persona en apuros (aspecto, edad, sexo…). Ayudamos más a los que pensamos que más lo necesitan (a un anciano tirado en el suelo lo ayudaremos a levantarse, pero es menos probable que lo hagamos si tiene mal aspecto y destila olor intenso a vino…).
Vamos a ver un video para ilustrar el efecto
El video está en inglés, pero se entiende el objetivo perfectamente. Sitúan a una niña pequeña sola en la calle (aparentemente sola, está vigilada por su madre, el equipo de cámaras y el personal del programa de televisión que ha preparado la grabación mediante cámara oculta). Súbitamente aparece un hombre que agarra a la pequeña del brazo y la obliga a caminar. El hombre grita cosas como «ven conmigo», mientras que la pequeña gritar pidiendo ayuda y diciendo «no eres mi padre». Se observa la reacción de distintas personas ante esta situación. Algunas afortunadamente responden tratanto de ayudar a la chica, pero es habitual que no pocas personas simplemente ignoren la situación o actúen como si no hubiera un peligro real. Al ser entrevistados y responder a la pregunta de ¿por qué no ayudaron?, las personas contestan con frases como que esperaban que alguna otra persona más preparada ayudara, o que no sintieron que pudieran ayudar a esa persona. Sin embargo, en la entrevista casi al final del video, se comenta que las personas que ayudaron lo hicieron de distintas maneras: algunos actuaron directamente enfrentándose al supuesto secuestrador, mientras que otras personas simplemente se mantuvieron en la distancia, observando la situación a la vez que llamaban a la policía. Son distintas maneras de ayudar, pero todas son válidas siempre que sirvan para evitar una situación desagradable.
Ahora que he hablado sobre todo esto, me doy cuenta de que sí que encaja en la temática general de la página, que es principalmente favorecer la promoción de salud y prevención de la enfermedad. Así, si nos encontramos ante cualquier situación de emergencia (del tipo que sea: accidente de tráfico, incendio, una persona inconsciente o herida…) conoceremos el peligro que hay de dejar que la situación avance y esperar que alguien intervenga.
Sabremos combatir el efecto del espectador tanto si somos testigos de la emergencia como si somos la víctima:
Como testigos, no es necesario ser héroes, pero sí recordar nuestro deber (y obligación) como ciudadanos de atender a las víctimas. Esta atención puede ser sencillamente asegurarnos de que las autoridades pertinentes están informadas, o de que ya alguien se está encargando de asistirlas.
Y si hemos padecido la situación de emergencia, conoceremos el riesgo de la pasividad de un número elevado de testigos, y sabremos que apelando a alguno de ellos o solicitando la ayuda directamente podremos disminuir la probabilidad de aparición del tristemente frecuente efecto del espectador.
Algunos sitios donde ampliar la información: wikipedia, efdeportes.com, y otras (hay mucha información en Internet).
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