En esta web, además de hablar de salud y fisioterapia -temas principales-, quiero aprovechar también para tratar algunos temas que me parecen curiosos e interesantes sobre otros campos. Debido a que me interesa la psicología, también me gusta hacer referencia a conceptos de este área. En esta ocasión, voy a realizar un comentario acerca del test de las manchas de tinta (test de Rorschach), pues es uno de los más famosos -es bastante conocido en la cultura popular- y, a la vez, más malinterpretado -no se tiene una idea clara de cómo funciona, y se suele simplificar su aplicación y forma de obtener los resultados-.
El test de las manchas de tinta fue desarrollado por el psiquiatra suizo Herman Rorschach, el cual, en 1921, proporconó el grupo de manchas mejor aceptado (ha permanecido invariable a través del tiempo) junto a su protocolo de aplicación y forma de registrar y posteriormente valorar las respuestas. Actualmente sigue siendo una de las pruebas más aplicadas. Como es normal, su método y forma de interpretación ha avanzado y cambiado con el paso del tiempo, pero la mayoría de los planteamientos originales permanecen inalterados. La hipótesis en la que ses sustenta afirma que el individuo, al tratar de estructurar y explicar un material que no tiene de por sí orden ni estructura, refleja en sus respuestas características más o menos estables de su personalidad.
La prueba está formada por 10 manchas de tinta de aspecto simétrico. Hay que señalar que este tipo de pruebas las emplean profesionales cualificados, entrenados y formados específicamente para su aplicación y su compleja valoración. Como sabremos de las múltiples referencias ya comentadas (cine, literatura…), la prueba consiste en que el sujeto de respuesta a lo que ve en esas láminas con manchas de tinta (un pájaro, una mariposa, una mujer…).
Mancha de tinta similar a las empleadas en el test de Rorschach.
Y aquí viene lo complicado: buscando referencias a este tema en Internet, he encontrado con varias páginas que dan información y otras que se supone que dan las’ respuestas a las láminas‘ como si se tratara de las soluciones a un crucigrama o un sudoku… Aportan imágenes de las láminas (reproducciones, puesto que las originales poseen derechos de autor) y afirman que hay que contestar que en tal mancha se ve una mariposa, que en la otra se ve una mujer, en otra, un payaso… Y se atreven a decir que estas son las ‘respuestas correctas para que no nos acusen de paranoicos o enfermos’.
Si la prueba se redujera sencillamente a simplificar cada lámina en función de: respuesta correcta=sujeto sano y respuesta incorrecta=sujeto enfermo, no creo que este test fuera de los más usados tofavía en la actualidad, casi un siglo después de su concepción.
Desconozco si en procesos de selección de personal se aplica esta prueba. Si para una entrevista de trabajo se le aplicara al sujeto un test de Rorschach para que conteste qué ve en cada figura y, en base a eso, se evaluara a la persona como apta o no, esto resultaría sencillamente una prueba sin sentido. Si el evaluador no va a tener en cuenta más que una respuesta a ada lámina, sin valorar la multitud de parámetros necesarios, mejor que emplee otros cuestionarios o pruebas más validadas y fiables. Para aplicar el test de Rorschach de forma adecuada es imprescindible seguir paso a paso todo el protocolo de preparación, aplicación y evaluación, además de hacerlo dentro de un proceso más amplio de evaluación en el que el sujeto participe en otros cuestionarios, tests o pruebas que posean una base científica que permita contrastar los resultados.
El test de Rorschach, como un sinfín de otros tests proyectivos, tiene problemas y limitaciones si se trata de medir su fiabilidad y validez de un modo más científico y estadístico. No tienen una base clara que explique por qué funcionan. No hay una teoría contrastada que los apoye. Son tests que se han construido a raíz de la práctica y de su utilización en multitud de pruebas y evaluaciones. Han demostrado que son capaces de medir miedos, ansiedades, trastornos y otras alteraciones de una forma adecuada. Sin embargo, tienen, para ello una serie de requisitos.
Lo primero es que este tipo de tests proyectivos en general y el de Rorschach en particular necesitan para su uso a un profesional experto para su aplicación y corrección. Además de las respuestas que de el sujeto (¿qué ve en la imágen?) y el tiempo que tarda en dar esta respuesta, se añaden un elevado número de factores de la respuesta que el evaluador tiene que anotar: si la persona a evaluar da una única respuesta o si da varias, si realiza razonamientos en voz alta para llegar a la respuesta, si tiene que girar la lámina para ver la figura, si la figura que ve es el total de la mancha o sólo una parte, si la figura está estática o el sujeto la ve en movimiento (por ejemplo, no es lo mismo que diga que ve un perro a que ve un perro corriendo), si la respuesta que da el sujeto es la que da la mayoría de las personas o es una respuesta más original… y una interminable lista de detalles y elementos de cada una de las respuestas que hacen que este test sea muy difícil de falsear por parte del sujeto (debido a la innumerable cantidad de datos que se recogen sobre cada respuesta) además de complicado de evaluar por parte del profesional (por eso se requiere una persona muy especializada).
Otra cuestión fundamental a tener en cuenta es que una evaluación de una persona no puede realizarse nunca única y exclusivamente basándose en una sola prueba. Para cada persona a evaluar hay que realizar una serie de valoraciones y evaluaciones previas para generar hipótesis. Dependiendo de estas hipótesis, se elegirán una serie de pruebas y técnicas adecuadas para lograr la mejor evaluación del sujeto, todo dentro de un proceso dinámico y que puede ser modificado en cualquier momento dependiendo de lo que el evaluador observe.
En conclusión: es muy reduccionista pensar que este tipo de tests se van a solucionar sencillamente dando una u otra contestación. Si en Internet podemos encontrar estas ‘soluciones’, los evaluadores que apliquen esta prueba también conocerán que estas respuestas están en la red, y van a saber tomar medidas. Además, en una evaluación psicológica, el proceso es mucho más largo que únicamente pasar una prueba concreta, e incluye otras pruebas y tests, así como entrevista personal y otros medios para valorar correctamente a la persona, sin dejarse llevar únicamente por los resultados aislados de una prueba.
Fuente: Libro «Evaluación Psicológica, Concepto, proceso y aplicación en las áreas del desarrollo y de la inteligencia. Carmen Moreno Rosset. Editorial Sanz y Torres«.
Otras fuentes: Diversas webs visitadas para valorar la inforación que se suele encontrar en la red acerca de este tema.
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